viernes, 5 de enero de 2018

Te pienso

Me salen palabras hacia vos. Me nacen. Debo tener algo que expresar, que decir, que reflexionar para seguir. Se me viene a la mente palabras que ya no puedo seguir. Simulaciones de cómo o qué me dirías en este presente, mi presente. Estarías chocho. Tu “vos” bien. Relucirían tus ojos, lo sé. Es curioso que comience a pensarte a presente. Instalado acá conmigo. Ya no te pienso desde el recuerdo…tan solo…sino que surgen nuevos pensamientos en el “más adelante”. Ya no es lo que pasó, y lo que eras y cuando.
Y es que es a partir de ese gran abrazo, uno de los más fuertes de todos que nos dimos, uno bien significativo, el último fuerte abrazo, no el ultimo, pero el que temí. De ahí surge. Ese momento. Ahora lo sé. Ese momento mágico, nostálgico, turbulento, distante, cercano. Esas ganas de comienzo, ese miedo de finalización. Ese  “toda una vida” que viví en ese aeropuerto… yo cargando con mis ilusiones, mis desconciertos, mi confusión y mi seguridad también. Con todo a cuestas y tú caso. Ese que dejaba atrás porque el momento era “ahora”.
Me sorprende a veces, mi talento para conocer las cosas. Para ser estrictamente consciente de lo que es, de lo que va a venir. Ese momento particular. Me infunde una seguridad extrema y la tomo. Le tomo las riendas y allí voy. A enfrentar lo que vendrá con la seguridad de que vendrá y lo que haré y tendré que pasar. Y pasa.
Aquel sueño que me permitió volar, volverá. De ello estoy segura. Reanudare el camino. Algo se repetirá pero será distinto. Y que fulguroso será. Costará. Me hará añicos y volveré a resurgir para andar nuevamente a aquello que mi interior aclama. Vas a estar siempre en mí, viviendo a cada momento de mi experiencia. Distinta a la tuya. A la que hemos elegido cada uno. Será otra cosa. Pero estarás conmigo porque te tengo en el alma.

Nada. Me imagino tu cara al contártelo todo. Esta nueva posición en mi vida, acá, en este lugar donde supiste construir tu vida, tu sino. Resplandecerías. Porque te encanta. Esto es lo tuyo. Y me veo reflejada. Y a cada instante, en este lugar que la vida y mis decisiones me han puesto, siento lo que hago, como lo hago y lo que no hago. Y no será para siempre, porque mi viento es otro, tira para otro lado. Pero este  paso, hoy aquí, me da fuerzas para cerrar tu caso. Para tomar coraje y seguir.