Sólo te pido que
me acompañes en esta tarea. Esta ardua y apetitosa tarea.
No quiero carrusel ni rueca de plata, quiero vida a tu lado corazón.
Sí. Quiero eso. Corazón. Tuyo y mío. Corazones rosados de amor y rojos a
viva pasión. Corazones calentitos, acurrucaditos y vitales. Corazones sin
llave, arriados de emoción y color.
Sí. Será una batalla. Será un combate contra cemento, con paredes altas
pero ya débiles, con ceniceros usados pero lavables. Será contra la corriente.
Costará.
¿Y qué no cuesta? Acaso eso ¿es un impedimento? Podrá frenar, podrá ser
piedra pero nunca un imposible. Y será bello cuando lleguemos allí. Será aún más
bello que lo que tenemos hoy. Habremos ganado mil mundos juntos. Habrá
recompensa.
Estás cerca, lo sé. Te siento. Cerca de conseguirlo. Por ello te pido
que no me sueltes la mano hoy. Habrá más sol allá. Te lo prometo. Ese sol
cálido que vemos y que estamos a punto de tocar. De tocar con nuestros
corazones. Con la tranquilidad de saber que realmente estamos en ese punto
pleno, único, puro y duradero. Dónde la vida se comparte a morir, Dónde no nos
quedará más remedio que rendirnos al amor completo, con mayúsculas. Ese amor,
corazón, que tanto deseamos vivir.