Habría
que tirarle la idea a Macri. Si, por qué no? Se podría aprovechar más el
espacio, el tiempo, y seríamos todos más felices. Por qué no convertimos el
viaje en subte en un boliche?! Lo único que falta es poner luces de colores y
que alguno de los viajeros le eche gas al mp4! Hasta podemos tener diferentes
estilos de música. Vagones temáticos! Y en vez de apretujarnos incómodamente,
tendríamos 15 minutos de apriete y
chamuyo. Y nos haríamos amigos, o por lo menos nos la bancaríamos más. Pero a
ver, busquemos soluciones para esos días en que uno no tiene ganas de aguantar
esos viajes. Igual, no digo que no es entretenido viajar en subte en hora pico!
Ponele que llegás apurado porque te quedaste 5
minutos más en la cama…esperás que el subte llegue rápido y con (aunque sea) un
huequito para meterte. No es usual que venga uno repleto y lo dejes pasar, pero
al segundo mirás de nuevo la hora y dudás en dejar pasar la oportunidad y tratás
de calcular más o menos dónde van a abrirse las puertas del subte cuando pare.
Te mirás sospechosamente con la persona de al lado (o no, solo la relojeás;
sabés que está ahí esperando como vos) para poder entrar primero, y estás
preparado para arremeter y empujar si es necesario. Y casi te olvidás de los
que bajan, o no te importan un “catzo”! Bue, ponele que te subiste, pudiste
hacer dos pasos y ya estas atroden, y estás bien cerca de la gente, apenas
rozándolos pero, tranqui, nadie te pasa brazo por el hombro, ni carteras en el traste;
respirás bien, normal para lo que es esa hora y en las, digamos, primeras
estaciones del recorrido. Bue, llegamos a la otra estación, más apretaditos,
más juntitos; empezás a sentir el perfume del otro, bah con suerte es perfume!
porque sino es el pucho de la mañana incrustado en el saco del otro, entre
otros. Y llegamos a esa estación en la que se sube el malón de gente final. Que
ya los ves desde adentro- cual angurrientos - esperar que se abran las puertas
para abalanzarse al nada de espacio que hay, pero que de todas maneras, a la
fuerza y a presión se hace. Y ahí, recién ahí, aparece la diversión posta! Y
que juego intelectual! Porque aprendés. Ah noooooooo! Viajar en subte no solo
es divertido, vos que te crees? Aprendés a concentrarte, a estar atento a diferentes
cosas, trabajas con el cuerpo… Es un, digamos, trabajo completo. Cuerpo y mente
y por qué no alma? a pleno. Con razón mi jefa me quiere matar a veces (o casi
siempre, jeje, pero eso ya es otro tema) porque me cuelgo con alguna tarea o
mis compañeros se me ríen por mi caminar cuando llego. Y a veces hasta por mi
peinado…es que vengo de trabajar! Quince minutitos como mínimo eh, a full de
concentración y uso del cuerpo! Porque cuando uno está metido ahí adentro, en
esa confusión de cuerpos, todo cambia. Bueno, volvamos, ponele que habíamos
quedado casi al principio, cerca de la puerta pero después te fuiste yendo para
el medio, así, de a pasitos cortitos, más cortitos que los de las geishas.
Porque hay gente, no te olvides que hay mucha gente, así es que ni siquiera te
movés por voluntad, te mueven! Bue, ponele que estás en el medio… que cagada,
estás a la deriva porque no tenés de dónde agarrarte. Bueno, te lo planteás
como un desafió más, más concentración. Equilibrio.
Dijimos que se mete el malón y terminás quién sabe
dónde, y ni siquiera sabés cómo- p o r q u e N O h a b í a l u g a r- pero
terminaste en la jungla de personas (o personos, jeje) y bue Tetris! Brazos por
encima de tus hombros, tu pierna derecha que se quedo adelante, la izquierda
colgando por atrás; no se sabe cómo pero justo a vos, que sos peti, se te ponen
alrededor todos altos, justo! o, bue para que exagerar tanto, algunos tienen
altura normal, pero todos se creen que tienen el derecho de pasarte el brazo
por la cabeza para agarrarse de lo que puedan y vos quedás ahí, enclenque, más
encorvada que el jorobado de Notredam, inmovilizada cual estatua, tratando de
no retorcer tanto el cuello, tratando de erguirte y mirando de mala gana, a ver
si se dignan a correrse (ja!). En serio che, que una vez me aplastaron contra
un tipo y tuve que gritar que me dejen respirar para que se abran un poco. Y
también yo…respirar…eeeh lo que pido yo también, jeje. En fin, recuerdos…
Bue, estás ahí encajado, cuidando de que la cartera
te quede en tu poder y bien agarrada y todo cerrado para que no afanen. La
apretás contra vos como si fuera oro. Y bue, como estás en medio de la multitud
casi sin control de nada, le clavás, quizá inconsciente o conscientemente
también, el tupper del almuerzo que tenés encima, en el medio del orto o en la
espalda del que tenés adelante. Y esa gente que no te quiere ni mirar pero
sabés que te está puteando con todas las ganas. Y vos, obvio, puteás al de
atrás que te mete el maletín por el medio de las piernas o capaz que son bolsas
(las detesto, son las peores) o mochilas. Y hablando de apoyar…sí, también están
los que apoyan. Eh?, ah?, qué? qué pasó? Qué?, se hacen los dolobus! y meten
mano, te apoyan su fucking dick. Y están aquellos que se apoyan en vos como si
fueras un mueble o una pared; claro, sino se caen. A ver, no me molesta que me
pongan la mano en el hombro, pero los giles o gilas que se tiran a hacer “la
espalda con espalda” para sostenerse…aaaaah! Y qué lucha! A veces hacés presión
en contra para que no te saquen el lugar, porque si sos buena y les dejás lugar
para que se sientan mas cómodas, porque generalmente son ellAs (aunque ellos
cada vez están más histéricos), se te pegan de nuevo y volvés a la misma
historia; más apretada todavía!!! Bue, estás toda torticoleada, con la patita
que se te mueve de acá para allá, moviéndote con la masa como en círculos, tipo
zamba, pero todo lleno; no es solo un wachiturro que se hace el langa en el
medio, somos todos. Y nos movemos. Lo bueno es que no te caés. Punto a favor!
Ah, y estás calentito porque ahora que hace frió, y estás con todo el abrigo
tipo matriz haciendote la linda y te olvidaste de sacártelo o de aflojar aunque
sea la bufanda, te estás cagando de calor! Aire? Aire acondicionado decís?
JAJAJAJA JA! Sí, sí, claro, te ponen el aire un día que no hace falta, un domingo
tipo 9 de la mañana…na. Naaaaaa, si es un lujo y viajás re bien! - No entiende
el que nació en cuna de oro! - Pero en hora pico, si te ponen un tren nuevo, ya
es mucho, y de ahí pedir que te pongan aire… bue vos también querés todo. Abrí
las ventanas si tenés friooo!.. Eeeeeh peerrrrdón? pero QUÉ ventanas?! Aaah!
sí, sí, creo que vi por ahí una ventanita más indiscreta que la de la peli. Que
si podés y te abalanzás para abrirla, primero te miran mal, segundo que no haya
sentada cerca de la ventana una señorita con el peinado coqueto porque, así
como salió de su casa, tiene que llegar a su destino! sin que se le mueva un
pelo! Viste?, como en el colectivo. Por ahí hay mas viento en la superficie,
pero en el subte también pasa.
Bue, estábamos en que estás todo apretujado en
medio de la gente. Te concentrás: controlar las manos y pollas atrevidas, controlar
los (muy) posibles afanos; te concentrás en la patita bailarina, en no cansarte
el cuello, en no perder el último control que tenés sobre vos mismo (hay que tener
en cuenta las emociones. Hay muchas en juego) y cuántas cosas más! y en una de
esas te suena el celu. Musiquita para todos! Perdón, pero a veces se escucha
cada tema banana! Mamadera y si vibra!? Jeje, yo he tenido celus a la altura de
los culos de algunos. Y por ahí los ves incomodarse pero por ahí, sonreír…“algo
es algo”! (como dijo alguna vez facu Cabral en uno de sus monólogos) jaja. Pero
lo más divertido de todo son los olores. Oooh, los olores! Viste que estás en
posiciones inimaginables y el apriete y… presión y presión y…a veces se
escapa…y sí, el cuerpo es así, loco. Tanta presión…por algún lado tiene que
salir…y sale por ahí. Generalmente es un airecito callado, pero que se hace
sentir! Y bueno, a veces me pasa a mí, a veces a vos o a los dos juntos. Viste
cuando lo tenés tan cerca al otro que te compenetrás. Y se arma un juego de
miradas y movimientos de “yo no fui” y como quién no quiere la cosa, te hacés
el dolobu y te pasás la mano por la nariz tratando de taparte. Yo una vez me relaje
así a propósito. Sí, y qué?! Era para intentar cosas nuevas, viste? Para que la
gente me dejara espacio. Algo había que hacer! Estaba en mi posición “T”, de
coté del tetris y me reía de la impotencia y fue entonces que me dije: vamos!
Esta es tu oportunidad para intentar cambiar esto! Junté ganitas y soplé. No me
importaba que se escuchara. Algo tenía que hacer! Por suerte no sonó pero el
aroma copó en derredor. Siempre hay alguien que dice que “qué barbaridad!
encima se cagan!” y que no se qué! Y sí! yo también pienso así, pero es que el
subte te cambia, te transforma; perdés controles importantes, viste? Bue, la
cosa es que alguito de espacio gané, pero igual mucho no valió la pena. El olor
se hizo presente y estábamos todos medio conteniendo la respiración; bue, viste
que tu propio olor es más aguantable. Así que digamos que no lo padecí tanto
como los otros (jeje). Y Salí hecha vo sabé?! Porque descargué, porque gané un
poquito de espacio, porque hice algo para tratar de cambiar la situación y
porque yo no tuve que aguantar el olor ajeno (en ese sentido, vale aclarar).
Igual… ya NO hago MÁS esas cosas eh!!! Fue hace muuuucho eso, era una pibita
todavía. Y fue una teoría que llevé a la práctica solo una vez! Nooo, pará que
fue hace rato eso. Ahora soy toda una LADY.
Pero insisto, ese olorcito no es lo único que
respiramos aquel día, o cualquier día. Siempre hay muchas más fragancias para
aspirar. Están los distintos perfumes masculino/femeninos, colonias, desodorantes,
malos alientos, el saco que dejaste en la silla donde durmió toda la noche el
gato, los que saludaron al perro antes de venir, el puchito, etc, etc, etc…es
una mezcolanza importante. Y bue, en fin, son a lo sumo 20 minutitos eh! si es
que no se para el tren unos cuantos minutos en el medio del recorrido. Esos
pocos minutos en que todo se vuelve quieto, que no pasa nada. Que son eternos;
ahí, cuando te empieza a titilar el brazo que te quedó medio torcido y le ves
la gota de sudor en la frente al gordis panzón que está enfrente tuyo, o al que
está todo doblado mitad del cuerpo encima de la que está sentada (que te mira
como si te estuvieras atreviendo a molestarla solo por el hecho de que tiene
coronita porque está sentada ahí, la muy pancha, con la mitad o menos de las
preocupaciones que tenés vos) y que tenés en la otra pierna, haciéndote
caricias, la bolsa de madera de la de atrás, si es que no te está clavando la
punta de la bolsa o el codo. O bien,
tranquilamente, el tren se queda esos memorables minutos en la estación, pero
no te abren las puerta ni por puta casualidad! Ahí yo me hago creyente al palo
y empiezo a elevar plegarias a todos los dioses, diosas, al dalai, a buda, no
se; a Marlon brando, a Mufasa, a la brujita Verón. A L G U I E N Q U E H
A G A A R R A N C A R E L B E
N D I T O T R E N!!! Y bue, arranca. Ah!
y a todo esto se le suman las conversaciones “boludas” de las otras personas.
Esas que para vos son boludas cuando no participás en ellas. Después
cambia la cosa. Ah sí, claro claro; cuando vos sos la que esta conversando, de
lo que sea eh?, la boluda sos vos porque, qué carajo le importa al de al lado
lo que hiciste la noche anterior! O peor! Cuando se juntan las madres que comentan
hasta el pedito que se tiró el bebe cuando dormía. Sí, sí, ya se amiga, me
decís que entenderé cuando sea madre…bue, ahí verémos. En fin, conversaciones
de todo tipo. Igual, ojo! Hay gente que le gusta escuchar, y hasta a veces
agarrás alguna persona que tiene facilidad para contar historias y te llegas a
cagar de risa! Por eso, hay de todo; además es inevitable a veces escuchar. Y
bue, en fin, el tren que tren llega a las principales paradas de destino y empieza
a haber más lugar y cre-í-amos que todo había pasado. Y nos incorporamos y
respiramos más normal. Y corroboramos que todo esté bien. Y nos aflojamos
porque ya podemos apoyar las dos piernas y nadie nos pasa los brazos por encima;
y todo eso y…arranca hacia tu última parada. Y claro, estás tan suelta y
desprevenida, todavía medio atontada por todo lo que tuviste que tener en
cuenta hasta ahora. Más las presiones corporales. En fin. Te bancaste todo eso
y ahora parece como si flotaras de lo liviana y suelta que estás. Así, parecido
a lo que sentís después de sacarte un yeso (o eso me contaron); esa sensación.
Y de pronto, no advertís el movimiento brusco del tren y ahora sí, tenés lugar
para irte de un lado a otro como un choborra. Y sí tenés suerte como yo, por
ahí te caés en los brazos de un muchachito lindo (guiño, guiño); bue, digamos que
yo me “caí”. Lo mío fue premeditado, lo admito. Lo vi ahí, me puse al lado para
tentar a la suerte y no me agarré de nada para, como dirían los anglosajones:
“caerme en el amor”, y de repente, “ups”! Me “caí” en los brazos del pibe este!
Y si tenés suerte, el pibe te ataja y es amor a primera vista (a primera vista
de él quizá; vos ya lo habías fichado). Bueno, eso si tenés suerte; no como yo,
que el flaco, ni cargo. Ah pero que le saqué una sonrisa, le saqué, eh! Le
saqué! Menos mal que me bajé en seguida! Que verguenzón! Bue! Listo, chau pibe,
chau compañeros viajeros de subte (que todavía se deben estar riendo; yo por las
dudas no miro para evitarme más enrojecimiento), y como dicen los genios de Les
Luthiers: “y siiiigue siguiendoooo!” Hay que subir las escaleras para salir al
aire libre. Entonces, miro la hora a ver si tengo unos minutos antes de la hora
de entrada (porque ficho, no? Ta claro) y veo si puedo dejar pasar primero el
malón que bajó del tren; que suban solitos, pisándose entre ellos; yo voy
después, tranqui, a mi ritmo. Pero seguro que estoy con los minutos hiper contados
y me tengo que meter en medio de la gente que todavía, acostumbrados al
amontonamiento del subte, se te pegan, no te dejan un centímetro, te van
pisando, literalmente, los talones y te siguen empujando con las bolsas! Y están
los desesperados que no terminaron de bajarse del tren y ya tienen el cigarro
en la mano! Les cuesta! les cuesta dejar el espacio una vez que ya pasaste por
esos 20 minutinos. Viste?, como Chaplin muestra en “tiempos modernos”, todos apilados
unos bien cerca del otro, mirando al piso…Bue, Salgo a la luz natural, siento aire limpio (bue,
comparado con el de abajo… vos también!! pensando en el smog, en los bocinazos,
en la gente que corre; están los que
pasean, los jubilados que van con la sillita a esperar a la puerta que abra el
super, los turistas con insomnio, los que andan con toda la pachorra encima, y
te obstaculizan el camino, a vos, que estas apurada. Y toda así llego al laburo.
Acalorada y despeinada y más. Toda así, caminando como puedo, porque todavía
tengo la pata acalambrada y el cuello torcido. Cómo no me van a cargar mis
compañeros! Después de toooodo el trabajo que hice, necesito un buen “breik”:
latte con brownies! Mmmm! Jeje. Igual, las ganas!!! Pero esta bueno imaginarse
ese ricor! browniiissss