martes, 27 de agosto de 2013

Too many people preaching practices



"Too many people preaching practices, don't let them tell you what you want to be" Paul McCartney.



                    Al parecer es una cuestión bastante inadecuada. Careces de razón, pero todo lo que decís es correcto. Y no fundamentas con los mil millones de motivos existentes a tu alrededor. Te compenetras y los ves; ves esos motivos claramente dispuestos a defenderte, a afirmar tu capricho. Y aun así, no los utilizas, no los necesitas. Los reafirmas en tu ser, los amas, pero los guardas. Careces de razón…por un instante parece cierto. Porque los dejas ver aquello que parece ser y despedís una seguridad dubitativa. Los dejas ver…quizá, lo que pueden ver, porque quizás no entenderían la seguridad de lo es, de ese ser dispuesto a todo, creado por todo, avalado por todo.
                    Y un mundo cercano se desliza por aquí, va unido de la mano de otro mundo, el paralelo, el inaceptable, el querellante…el que anda queriendo andar la vida,  con su rotación, translación y procesión a la inversa. Esos dos mundos van a la par, a la deriva; van bien. Excitantes, expectantes y extravagantes. Andan a paso firme con la casa acuesta y meditabundos. Se cruzan en un punto y por un momento coinciden en razón. Esa razón de la que se habla, de la que se necesita, de la que se cree que vale. Y quizá en ese momento, y sólo en ese momento, los mundos producen un universo propio de este universo; éste, morador de mundos comprendidos, mundos adecuados, mundos con razón.
                    Parece mentira pero es verdad. La mentira que se oculta demuestra la verdad que se demuestra. Esa verdad mentirosa, es una verdad sin fundamentos. Que cobra veracidad por el hecho de presentar efímeros indicios de razón, de certidumbre, de sazón. ¿Y si digo “Veni, vidi Vici!” como dijo Julio Cesar? Veni. Vidi. Vici. El universo racional festejara mi éxito! Sólo porque lo dije. Habrá también dicho eso Colon cuando llegó a América? Se necesita creer, se necesita reír, se necesita…y por un momento me compenetro al universo racional. Cuando los mundos se cruzan en es punto entre los tres movimientos, y es allí en ese punto que “vine, vi y vencí”  en este universo,  dejándome regodear por la razón, por la tranquilidad de pertenecer, de creer, de ignorar la mentira verdadera y ser parte de la nube estructurada de razón. Que se disipa luego del placentero momento de intersección de mis mundos: el de la razón y el de la des razón.    

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