"Too
many people preaching practices, don't let them tell you what you want to
be" Paul McCartney.
Al parecer es una cuestión
bastante inadecuada. Careces de razón, pero todo lo que decís es correcto. Y no
fundamentas con los mil millones de motivos existentes a tu alrededor. Te
compenetras y los ves; ves esos motivos claramente dispuestos a defenderte, a
afirmar tu capricho. Y aun así, no los utilizas, no los necesitas. Los
reafirmas en tu ser, los amas, pero los guardas. Careces de razón…por un
instante parece cierto. Porque los dejas ver aquello que parece ser y despedís
una seguridad dubitativa. Los dejas ver…quizá, lo que pueden ver, porque quizás
no entenderían la seguridad de lo es, de ese ser dispuesto a todo, creado por
todo, avalado por todo.
Y un mundo cercano se
desliza por aquí, va unido de la mano de otro mundo, el paralelo, el
inaceptable, el querellante…el que anda queriendo andar la vida, con su rotación, translación y procesión a la
inversa. Esos dos mundos van a la par, a la deriva; van bien. Excitantes,
expectantes y extravagantes. Andan a paso firme con la casa acuesta y
meditabundos. Se cruzan en un punto y por un momento coinciden en razón. Esa
razón de la que se habla, de la que se necesita, de la que se cree que vale. Y
quizá en ese momento, y sólo en ese momento, los mundos producen un universo
propio de este universo; éste, morador de mundos comprendidos, mundos
adecuados, mundos con razón.
Parece mentira pero es
verdad. La mentira que se oculta demuestra la verdad que se demuestra. Esa
verdad mentirosa, es una verdad sin fundamentos. Que cobra veracidad por el
hecho de presentar efímeros indicios de razón, de certidumbre, de sazón. ¿Y si digo
“Veni, vidi Vici!” como dijo Julio Cesar? Veni. Vidi. Vici. El universo
racional festejara mi éxito! Sólo porque lo dije. Habrá también dicho eso Colon
cuando llegó a América? Se necesita creer, se necesita reír, se necesita…y por
un momento me compenetro al universo racional. Cuando los mundos se cruzan en
es punto entre los tres movimientos, y es allí en ese punto que “vine, vi y
vencí” en este universo, dejándome regodear por la razón, por la
tranquilidad de pertenecer, de creer, de ignorar la mentira verdadera y ser parte
de la nube estructurada de razón. Que se disipa luego del placentero momento de
intersección de mis mundos: el de la razón y el de la des razón.
Veni Vidi Vici es solo vencer nuestros propios límites....
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