martes, 27 de agosto de 2013

Y un día la vas a dejar ir...



Y un día la vas a dejar ir…lenta, apacible, risueña.
Y se irá contenta revoloteando por doquier, mirando al horizonte,
Tranquila, rebosante de alegría.
Y cantarán los pájaros que alguna vez gorgojearon canciones impuras convirtiendo sus melodías en serenas baladas.
Y un día la vas a dejar ir… trémula, la veras ir, despacito por los lados casi atónita de tanta libertad, de tanta responsabilidad y de tanta ligereza. Surcarás tus miradas para ofrecerle espacio, esperarás allí, viéndola partir hasta perderse de amor en el horizonte.
Y un día la vas a dejar ir…vivirán eternas y felices, quietas y serenas. Y podrán pertenecerse y estar a la par a la distancia.
Será como un tesoro preciado, premiado. Regirán las leyes de la nada
y la nada misma resurgirá.
No volverán a verse, jamás, pero en lo profundo serán inmensamente inseparables y estarán ahí, en ese lugar que ninguna está, pero que ambas comparten. Ahí. En el preciso lugar en que requerirán de la otra.
Y un día la vas a dejar ir…
Y un día la vas a dejar ir…

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