jueves, 21 de agosto de 2014

Arquitectura de nuestro amor

                Sólo te pido que me acompañes en esta tarea. Esta ardua y apetitosa tarea.
No quiero carrusel ni rueca de plata, quiero vida a tu lado corazón.
Sí. Quiero eso. Corazón. Tuyo y mío. Corazones rosados de amor y rojos a viva pasión. Corazones calentitos, acurrucaditos y vitales. Corazones sin llave, arriados de emoción y color.
Sí. Será una batalla. Será un combate contra cemento, con paredes altas pero ya débiles, con ceniceros usados pero lavables. Será contra la corriente. Costará.
¿Y qué no cuesta? Acaso eso ¿es un impedimento? Podrá frenar, podrá ser piedra pero nunca un imposible. Y será bello cuando lleguemos allí. Será aún más bello que lo que tenemos hoy. Habremos ganado mil mundos juntos. Habrá recompensa.

Estás cerca, lo sé. Te siento. Cerca de conseguirlo. Por ello te pido que no me sueltes la mano hoy. Habrá más sol allá. Te lo prometo. Ese sol cálido que vemos y que estamos a punto de tocar. De tocar con nuestros corazones. Con la tranquilidad de saber que realmente estamos en ese punto pleno, único, puro y duradero. Dónde la vida se comparte a morir, Dónde no nos quedará más remedio que rendirnos al amor completo, con mayúsculas. Ese amor, corazón, que tanto deseamos vivir.

lunes, 4 de agosto de 2014

Que hay en tí que veo en mí

Quiero ver en estas obras el amanecer del alejado bosque
y quiero ver de esas ruinas los más bellos centellares
Entonces siento imaginar el verde sol que hay detrás.

Existen ecos clandestinos que tímidamente se asoman
y dejan ver una niebla cristalina con olor a rosas rosas
de la vida sedosa, de la vida copiosa

Oh! los sentimientos se llenan de azul! de más!
de más...ecos avasallantes, abrasadores
y dejan a las razones despistadas y despintadas.

Penitente ha de ser aquel lirón
que fija su vista en el drenaje amarillo 
e intenta convertirlo en un grillo.

Suenan tus alas en el eter tercero
que baten al cielo, al tiempo
y rondan por mi alma naranja con ensueño

somos aquí y ahora, somos esto. Somos multicolor
y esa energía que recorre nuestros cuerpos,
esa, fluye dispersa en el cercano bosque fluorescente

miércoles, 28 de mayo de 2014

Calla Atardecer


                    Calla Atardecer.

                    Y deja que vuelen, que sueñen y se desplieguen por el aire los pensamientos. Esos que están enterrados en la boca, aplastados por la lengua revoltosa. Pensamientos atrapados por palabras quejumbrosas, por palabras vanas y celosas. Palabras crujientes que desordenan pensamientos profundos y gloriosos.

                    Calla Atardecer.

                    Deja ver esos ojos claramente. Abre esa mirada tímida y sigilosa y conviértela en susurros de amor, en sonidos de alma tranquila, de seguridad plena. Imprégnala con corazón, con razón. Y que firme, vuele desmedidamente. Porque esos ojos me cuentan todo aquello que quieren ver, pero no terminan de bosquejar su historia.

                    Calla Atardecer.

                    Junta todo aquello ¡y que se arme un coro decidido! Que trasporte integridad, arrebato y júbilo. Un coro de miradas combinadas con las palabras proclamadas por sus pensamientos seguros, propios de esa mente, ahí arriba, la que dirige la batuta. Ese Director de la banda que es este cuerpo, esta alma. Y que canten fuerte, dulce y apasionadamente.

                    Calla Atardecer, pues es tu ocaso el que se lleva parte de las melodías del alba, esas melodías que comienzan con el día y llenan de vida alrededor. Melodías puras, concretas, sinceras. Calla una vez más Atardecer, y permite al Director que se conecte con el alma, para regalarle al corazón, los pensamientos más plausibles, transformándolos en voz.  

domingo, 20 de abril de 2014

Anochecer fría


                    La casa estaba fría. El viento movía las ventanas ocasionando ruidos abruptos. La escalera de madera resonaba creando pisadas imaginarias, sigilosamente el gato merodeaba por la casa, empujando las puertas con su pasar, casi imperceptible. Ella estaba allí, en la cabecera de la larga mesa en el vasto comedor. Miraba fijamente la puerta, aquella que un segundo antes, Natanhiel, el gato, había abierto a su paso. Su mirada fundía el picaporte, sosegada por aquella fragancia inconfundible a adrenalina, sostenía con fuerza  una cuchilla afilada. Su pequeña mano izquierda, helada, apretaba el mango con dureza. Sus ojos resplandecían, su corazón latía...aquella noche, en aquella casa, el viento susurraba una agonía con extremo placer.

domingo, 6 de abril de 2014

Si supieras nuestro salto

Te veo saltar.
Saltas con tanta potencia que te impulsas tan, tan arriba, que luego caes propulsado como un misil, explotando todo a tu alrededor; dejando un gran espacio en blanco. Mas yo estoy ahí, en tu blancura, erguida, resistiéndote.
Estas ahí en el medio de ese espacio blanco, para tus adentros, pensando en nada...o en todo. Tus ojos quietos. Fijos en algún punto. No miras, solo pensas. Tus ojos reflejan firmeza. Yo estoy ahí.
En ese radio, los dos; vos en tu mundo y yo en tu mundo. No me ves, no me dejo ver. Pero yo te veo, y te sostengo. Sostengo esa firmeza, esa inmensa claridad.
Saltas. Otro gran salto espacial. Y sigo acá, sin mostrarme, pero firme. Y saltas. Me atrevo apenas a esbozar un salto. Nada parece pasar, sin embargo todo cambia.
Aparece un blanco mío. Sí. Un blanco dentro de otro blanco. Saltas y salto. Y cada vez que saltas, me atrevo a saltar después que vos, cada vez más alto. Cada vez más y más; y más blanco aparece y mi blanco invade tu blanco. Se mezclan.
Salto yo sin vos y advertís mi blanco. Estas ahí, en mi claridad, firme y resistís. Me ves. Me muestro. Me ves. Saltamos a la par. Sigo tu paso. Proyectados, salimos al espacio. Salimos de este mundo y nos recargamos de aquello que hay más allá. Volvemos y estacionamos en una nueva zona de blanco. La nuestra.
Nos observamos. Tu mirada firme, la mía también. Hablamos con la mirada y nos entendemos. Nuestro blanco compartido. Aquello que sabemos tú y yo. Eso que hay aquí.
Te veo saltar y me dan ganas de saltar. Sí. Porque aquello nuestro es grande, y es nuestro. Eso está.
Y con cada salto, salta todo a nuestro alrededor. Esa blancura salta.
Te veo saltar y...

Somos algo

Sos algo en mi camino.
Algo exquisito, sabroso, apetitoso.
Sos más que dos, más que cuatro, más que seis.
Me traes y me sacas. Me llevas.
Soy algo en tu camino.

sábado, 22 de marzo de 2014

Motivos para sonreír


                    ¿Motivos para sonreír? sí.

                    Correcciones y gratificaciones que da la vida luego de una época opaca.

                     Es difícil, a veces, determinar si un momento en tu vida es  bueno o malo cuando la balanza esta equilibrada. Creo que es lo que se siente, o quizá en el lugar que uno se posiciona, lo que determina la inclinación. Sin embargo puedo afirmar que en mi caso, el periodo confuso en el cual me avoco - de momentos bien y momentos mal- se definió por sí mismo para este último lado. Tuve una racha un poco “incómoda”, por decirlo de alguna manera. Pero hoy veo que este año ha comenzado como quien dice "con el pie derecho".

                     Ha llegado la noticia y ha recorrido mis espacios. Sonrisas por todos lados. Sonrisas que cuestan, tímidas y a veces fallidas, pero sonrisas al fin. Y cuando los proyectos y planificaciones devenidas en acciones logran frutos...¡qué placer! aventurarse. Sí. Arriesgarse.

                     Todavía me cuesta determinar qué es aquello que nos traba, que nos deja inmóviles y que nos tara. Miedo/s me dirán ustedes. Sí, por supuesto. Pero ¡qué cosa! ¡Cómo trabaja la psique! ¿eh? Porque vuelan intenciones y ganas para desarrollar todo un acontecimiento de eventos, y por dentro todo bien, pero al momento de salir afuera...la cosa recula. Y muchas veces se pierden tantos sucesos lindos. Se pierden sucesos y punto.

                        Como decía, esta época de las que les hablo, algo cambió. El tiempo y las experiencias vividas hacen cambiar. Y el paso a un año calendario nuevo te hace un “clic” en la cabecita que energiza el cuerpo y las ganas. Renovación. Gratificaciones han llegado a mí. Tanto de personas como de la vida misma. Mensajes subliminales y directos. Pedidos al universo que he hecho hace algún  tiempo han tenido su respuesta. "Queda mucho por sentir" leí por ahí. Y si, también quedan pendientes, pero ahora me ocupa otra cosa. El sentir la satisfacción de la cosecha del fruto maduro.

                         Y voy otra vez con la balanza. Si, otra vez. ¿Estaré midiendo mucho? ¿Qué es lo que realmente quiero pesar? ¿Qué es lo que pesa? Pesar…peso…pesar…si, hay algo de eso en todo este repertorio. Porque como decía, existe un equilibrio en este momento lindo, estos “momentitos”, estos lapsos que en esta etapa estoy viviendo y que me acarician el corazón. Hay una expectativa, Hay ganas, quizás demás (ah, el peso! El peso!)  de que “algo” (que yo sé seguro y ustedes se estarán imaginando) suceda maravillosamente bien. El amor. Si, el amor propiamente dicho. El amor en su plenitud: a la gente, en sus diversas formas; a las cosas materiales y no materiales; a las acciones que uno realiza. El amor en sí. Y cuando uno pone un freno a dejarse llevar por este amor o expone miedos, se complica. Es así, el amor se complica.

                          Siguiendo a la filosofía…¿Qué es la vida? ¿Ver el vaso medio vació o… o medio lleno? Atreverse, osarse: no ver nada y tomarse el vaso de agua! “De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas…” decía Galeano.

                             ¿Por qué este pesar? Basta de balanzas y sentir! ¡Que lo pario! Sentir a pleno y dejarse llevar por las emociones. Disfrutar de la alegría que gira por los aires. Y sólo tener en cuenta que existen Ellos, “Los otros S”, si, esos sentimientos que apaciguan la energía, que achicharran el corazón. Esa mochila sacársela, darle un puntapié. Pero afrontarlos si vuelven y tenerlos marginados. Que no ocupen demasiado espacio. De ellos se aprende también.

                    Como veo que este escrito varía de un lado a otro (nótese que no use la palabra balanza. Guiño-guiño) retomaré el lado positivo; me cruzaré de vereda, a la que no tiene baches, esa que me sonríe y me espera con un rico Martini y un solcito primaveral. :)

                     Qué satisfacción el lograr traspasar barreras inexistentes que uno mismo se imagina. Yo por lo menos tengo una esquizofrenia interna que me plantea un mundo paralelo que pretende interactuar con el este de acá afuera. Y a veces lo logra. Stop!  Recordemos que estamos en la vereda linda, es decir, salen palabras lindas! Aquí van: estas barreras inexistentes dejaron de existir. Pasé y fue hermoso. Fue natural. Normal. Pero trajo aparejada una gran excitación, divina emoción. “El querer es poder” (por eso te puedo mucho! Rían que es un gran chiste!) y que deleite (preciosa palabra), regodearse en sí misma de tal sentimiento. Salir al viento, liviana, sujeta a una sonrisa, a la vista de todos los que pasan a tu lado y contagia (esperamos) a los demás. Simplemente estar bien. Lindo ¿no?

                    Estoy remando y la corriente me está ayudando...allá, donde quiero estar, poco falta. No busco la plenitud total, sino, la calma del alma, esa paz necesaria y tranquila que deja seguir, que ayuda a querer. Dejarse sentir, dejarse querer.

                     ¿Motivos para sonreír? Sí. Los hay, porque los hechos toman su curso y la seguridad con marcha el río es enorme. A paso firme con la frente en alto y el pecho hacia afuera.

                     Tal vez puedas desviarte del camino, unos cuantos kilómetros, pero llegarás a un punto en que pegarás la vuelta y te incursarás nuevamente.

                     Por eso hoy sonrío. :)

jueves, 20 de marzo de 2014

El cuerpo Sutil



Y que más queda
Que queda allí o aquí.
Sin más me vuelco al destino,
Ese destino loco que da vueltas y vueltas en el aire.
Precipitadamente dejo de ser para poder Ser. Y  Soy...Voy.
Hago, hago lo que me place y en giro liviano cae una Hoja otoñal sobre el suelo.
Un suelo cálido y permisivo.
Es curioso ver posada esa Hoja liberal en aquel suelo firme.
Se acercan los Seres Vivos y contemplan el color y contracolor de aquella escena fotogénica.
El viento acaricia la Hoja y la mece suavemente por aquel lugar tranquilo,
Llevando vida a su paso y pintando de color el cielo.
Remonta Ave salpicada de ensueños,
Revoltosa, inquieta y fragante.
Sé Pelicano de mar pero sé ruiseñor y engalana.
Sé Ñandú o Pavo Real para llenar de hermosura la vista  en el horizonte.
 Sé intrépido como Juan Gaviota pero dulce como un Colibrí.
Sé Gallina que provee pan y vida, pero sé Cóndor para ganarte la vida.
Sé Loro y habla las maravillas de tu vuelo.
Sé todo eso junto y más.
Vuelve loco a ese destino loco, pósalo sobre el mar, sobre la tierra y el cielo.
Búscale casa pero conviértete en un Ser errante y descubre la maravillosa experiencia de sentir, de vivir el mundo entero.
Y por sobre todo, encuéntrate con la paz que existe adentro, ese adentro que te permite Ser, andar.
Allí dentro, en el cuerpo, el cuerpo sutil.
Esa paz que traes contigo, esa paz que eres tú.
 Contempla la inmensidad y diversidad dentro de ti.
En un casa, con tu casa. Aquel cuerpo sanador, pensador, que siente. El cuerpo sutil.
Tu casa y tu valija.
El cuerpo sutil
Tu productor y almacenador de sentimientos
El cuerpo sutil.
Tu vitalidad, tu energía
El cuerpo sutil
El cuerpo sutil.

Tu sonrisa

He visto miles de atardeceres, colmado de regalos visuales
de expectativas, de sonidos y más.
He visto amaneceres que hacen delirar en un santiamén.
He visto paisajes maravillosos, colmados de paz, de ternura, de pasión.
He visto tantas cosas lindas, juntas y separadas,
tantas cosas que estremecen de emoción, tanto...
pero tu sonrisa...tu sonrisa me sienta verdaderamente bien.
Que placer el de mirarte con estos ojos
mis ojos, que se llenan de atardeceres y amaneceres 
y paisajes de amor, y melodías risueñas
y serenatas sinceras.
Si, esa es tu sonrisa en mis ojos
esa es tu sonrisa en mi
y es solo tu sonrisa

lunes, 17 de febrero de 2014

Sentir eso que hay aquí


La vida está llena de sorpresas. Y esta sorpresa que me lleve cuando la vida me dio más…(suspiro)

Cuando el espiral se llena de emociones hermosas recorriendo de pies a cabezas los huesos.

La vida te demuestra las cosas en forma cruda; te las da, te las expone, te las tira  al cuerpo. Y uno las toma, como puede las toma.

Pueden parecer diferente según los ojos que en ese momento elijas usar.

Y yo elegí los ojos más livianos y versátiles. Aquellos que dan, que dejan entrar y que colman.

Pero estos ojos sabrosos contemplaron tanto y más, que aquello parecía un deleite del paraíso!

Las melodías se mezclaban en el aire y guiaban el camino.

Encontrarse con eso…lo que uno busca. Simple, solo eso. Hablo de abstracciones, no de hechos concretos. Permitirse volar y encontrar con el alma ese maravilloso y anhelado estado. El estado del Ser, pleno, profundo.

Encontrarse con uno mismo, mirarse a los ojos y verse;  comprender, querer, saber, sentir, escuchar…

Escuchar ese mensaje de paz, ese mensaje que dicta el corazón, a su ritmo de candombe.

El amor que crece día a día
 

El alma verdadera


Quiero saber cuál es el sueño que te atrapa

Mirarlo, desmenuzarlo, confundirlo con la niebla y perderlo solo por un segundo, para luego encontrarlo renovado.

Quiero atrapar esas nubes y  hacerlas llover, convertirlas en rio para que corran, dulce y libremente, por la tierra, por esta tierra.

Quiero verte el alma, el alma pura, el alma verdadera, el alma sola. Contemplar el verdadero ser. Sentir, sentirlo, sentirte.

Quiero ver que hay detrás de esas ropas, de esos pasos, de esas miradas y sonrisas.

Quiero verlo en serio, todo y comprenderlo. Amanecer empapada de vos, de tu vos interior.

Quiero ser vos, salir a recorrer eso que tanto te gusta y verlo con esa mirada tuya, la mirada del alma verdadera.