Callados
los dos, lo dijimos todo
Y
así como sin más te fuiste, papi, aun no lo puedo creer, te siento
en todo el cuerpo. Siento tu partida en cada rincón de mi alma, de
mis huesos, de mi vida. Mi mente deambula, anda taciturno por lugares
inimaginables, manejado por el dolor de este último septiembre de
los dos. De tu septiembre, de este fin de otoño gris, de esta nueva
primavera vacía. Cuantas emociones juntas, mezcladas y exasperantes,
cuanta realidad. Porque es la realidad plena lo que siento, jamás
estuve tan acá, tan consciente, tan susceptible.
Ya
no sufre tu cuerpo, solo en nosotros. Y me agrada sentirte bien allá,
donde sea que hayas ido. ¡Cómo te voy a extrañar! ¡Tanto! Fue
poco el tiempo que estuve al final de tu camino pero lo suficiente
para comprender que ya no se podía más. Y qué importante me parece
haber reaccionado, darme cuenta y haber podido estar, aunque fuera
poco. No me arrepiento de mis decisiones pero me hubiera gustado
estar antes, más tiempo acá por y con ustedes 2.
Por
supuesto que tenías tus caprichos, y uno de ellos, por más de que
pareciera una bobada, fue el que te llevó, quizá, inconscientemente
necesario, para no dejarte vencer poco a poco, perdiendo todos los
derechos sobre tu cuerpo.
Nunca perdiste el
chiste, hasta último momento tu fiel compañero; ni tu linda
sonrisa... y tus lindos ojos, tu mirada...tu alma.
Callados
los dos nos dijimos todo. Nuestro cariño, el afecto y respeto.
No
me olvido más de esta semana, no me olvido más de aquel sábado, de
cada paso que di, de cómo se desarrolló ese día en mi vida y de
los días posteriores. No me olvido de tu mano, de cómo me agarrabas
para afirmarte al caminar. Me producía una inaplicable sensación a
ternura y desolación. Sentía tu gran mano aferrada a la mía y me
sentía en el lugar correcto, acompañándote, donde quería y sentía
estar, al lado tuyo.
Gracias
por “esperarme” y dejarme ayudarte y estar con vos al partir,
quería más, estar más, ayudarte más.
Todo
me recuerda a vos. Todo, a cada paso que doy. Me encantan los
recuerdos y momentos compartidos. Tus cejas despeinadas. Te voy a
extrañar tanto. Es increíble esta sensación a falta, tan grande, me
faltas vos, me falta un respiro. Pensé que esto no llegaría más.
Estoy anonadada.
Fui
tan afortunada al tenerte casi 35 años. Gracias, gracias miles,
gracias por siempre, por tanto, por todo, por siempre.
Diciembre 2017
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