sábado, 26 de octubre de 2019

Callados los dos


Callados los dos, lo dijimos todo

Y así como sin más te fuiste, papi, aun no lo puedo creer, te siento en todo el cuerpo. Siento tu partida en cada rincón de mi alma, de mis huesos, de mi vida. Mi mente deambula, anda taciturno por lugares inimaginables, manejado por el dolor de este último septiembre de los dos. De tu septiembre, de este fin de otoño gris, de esta nueva primavera vacía. Cuantas emociones juntas, mezcladas y exasperantes, cuanta realidad. Porque es la realidad plena lo que siento, jamás estuve tan acá, tan consciente, tan susceptible.
Ya no sufre tu cuerpo, solo en nosotros. Y me agrada sentirte bien allá, donde sea que hayas ido. ¡Cómo te voy a extrañar! ¡Tanto! Fue poco el tiempo que estuve al final de tu camino pero lo suficiente para comprender que ya no se podía más. Y qué importante me parece haber reaccionado, darme cuenta y haber podido estar, aunque fuera poco. No me arrepiento de mis decisiones pero me hubiera gustado estar antes, más tiempo acá por y con ustedes 2.
Por supuesto que tenías tus caprichos, y uno de ellos, por más de que pareciera una bobada, fue el que te llevó, quizá, inconscientemente necesario, para no dejarte vencer poco a poco, perdiendo todos los derechos sobre tu cuerpo.
Nunca perdiste el chiste, hasta último momento tu fiel compañero; ni tu linda sonrisa... y tus lindos ojos, tu mirada...tu alma.
Callados los dos nos dijimos todo. Nuestro cariño, el afecto y respeto.
No me olvido más de esta semana, no me olvido más de aquel sábado, de cada paso que di, de cómo se desarrolló ese día en mi vida y de los días posteriores. No me olvido de tu mano, de cómo me agarrabas para afirmarte al caminar. Me producía una inaplicable sensación a ternura y desolación. Sentía tu gran mano aferrada a la mía y me sentía en el lugar correcto, acompañándote, donde quería y sentía estar, al lado tuyo.
Gracias por “esperarme” y dejarme ayudarte y estar con vos al partir, quería más, estar más, ayudarte más.
Todo me recuerda a vos. Todo, a cada paso que doy. Me encantan los recuerdos y momentos compartidos. Tus cejas despeinadas. Te voy a extrañar tanto. Es increíble esta sensación a falta, tan grande, me faltas vos, me falta un respiro. Pensé que esto no llegaría más. Estoy anonadada.
Fui tan afortunada al tenerte casi 35 años. Gracias, gracias miles, gracias por siempre, por tanto, por todo, por siempre.


Diciembre 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario