miércoles, 9 de octubre de 2013

Starry Night


http://www.youtube.com/watch?v=oxHnRfhDmrk


Vincent no estaba solo, Vincent no era el único. No en ello.
Acaso cada uno de nosotros no trae a cuestas sus penas...
Su locura, su mal...
Todos tenemos esa locura frágil, que derrumba, a veces, en momentos y formas in-oportunas.
Aires.
Esas brisas que desbordan dentro del cuerpo y nos hacen tiritar. Esos nudos...
Él acostumbró, meció y anidó sus nudos.
Alma de arte. Artista. Cuándo hay mucho para expresar y se tiene habilidad para mostrar. Uno genera... arte...y... ¿desarrolla emoción a viva piel?
Y su furia tenía el motivo del arte. Plagó de sensaciones sus cuadros. Sus grises, sus claros, sus oscuros, sus colores. ¡Cuántas cosas mostró! Y sació su dolor, aunque sea un poco, a través de su arte.
Artista. Loco artista. Eras tu sombra. Y quién no tiene un poco de sombra!
Esa sombra que nos nubla.
A veces esta sombra envuelve, tan dulce y fuerte como una boa constrictor.
Oh Vincent, dejaste que te atrapara. Y allí surgió tu luz. Aquella que llegamos a ver luego del abrazo final. Y nos enseñaste con tu arte. Tu arte en pintura, tu arte en palabras. Tu arte en emociones, sentimientos. Con tu vida.
Vincent, no eras único...éramos todos...
Todos con un pedacito de oreja del cuál deshacernos.
Y no te bastó. Querías más, necesitabas más. Querías ser y lo fuiste. Te fuiste pero renaciste. Tu vida dejó de pintar pero se inmortalizó. Y aquí estas con nosotros, compartiéndote.
Oh Vincent! ¡Cuánto de tu arte se refleja en nosotros!
Eras sombra...y todos tenemos sombra.

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