sábado, 14 de mayo de 2016

La terca manía de volar

"Nada más cierto en mí que ésta terca manía de volar"
Acción poética NQN.


     Volar inconfundiblemente a lugares reconfortantes. Es esencial tener los sueños bien presentes, quererlos, fomentarlos. Volar. Cuando despego nadie sabe cuándo volveré. Sin siquiera saber que está despejado la pista, esta insistencia arremete y actúa sin preámbulos. Y es posible que no vuelva enseguida puesto que el aire me sienta bien. En un santiamén estoy a millones de años luz de aquí, divirtiendo los oídos, esparciendo melodías de libertad a mí alrededor, que es aquel que no tiene límites. Vagabundeo por el éter soltando el cuerpo e impregnando de energía esta energía lumínica en que me he convertido. Una especie de ráfaga fugaz, que pasa por el universo o los multi - versos como pez en el agua. Es mi sitio. Es mi "tierra". Recorro y siento el aire entre la energía que soy, pura y divina. Sin apretones y desligada de pies que sientan la cabeza que no tengo. No reparo en nada. Solo voy, con todo el mundo. Voy. Y no me importa nada. No me se ocurre acaso pensar en carteras, en rosarios, en claveles, amapolas o chinos. El obsceno pensamiento que fluye por entre mi fuerza es mayor que el que fue ayer. Esta locura que, salvaje, se lanza a las lianas y disfruta del aporreo y la velocidad que alcanza. 
     Es inconfundible el Ser. Preciso es que no se retenga, que no se adule, que no vaya directamente al encuentro de aquel cuerpo placido, tirado en la vida, dispuesto a seguir con las riendas hacia otros lugares terrestres. Es logrado vivir en lo alto, beber de aquella agua quisquillosa que ayuda a volar, que vende extrañezas, que permite construir, disfrazar, caminar y ver lo que no se puede ver.  Me nutro de soluciones y sonidos estrafalarios. De mugre limpia, de pulcritud sucia, de oportunidades y de jolgorio. 
     Precioso es contagiar de este aire. Que crea y cree en lo que realmente no está pasando. No pasa nada, solo aire, solo imágenes, solo sentimientos, solo sensaciones, solo motivaciones. No pasa nada. Mi cuerpo permanece inerte al inconfundible aroma a amor. No se estremece. No resuena. 
     Vuelo, me encuentro con Platón, y nos ponemos a dialogar. Saltan las imperfecciones de ese mundo que esta por algún lado, con sus deficiencias materiales que se desprenden por esos montículos de tierra, y que se arrastran ahí, en ese lugar. Se contrarrestan con esta autonomía que abunda en esta energía. Sabemos de los que hablamos y cada cual tiene su opinión pero nada se siente, nada puede sentirse allí, todo es verso, versa con apaciguamiento en el aire, flotando, pero sin flotar ya que no hay nada que pueda sostenerse del aire. Es aire. Clave para la clave que la melodía necesita. Todo se asume, se apropia, nace.
     Me acuerdo de ese cuerpo que siente, que está sintiendo. La energía retorna y comienza a sentir junto al cuerpo. Ambos se mueven, a veces al unísono, a veces no. A veces sale la energía y vuelve otra vez. Se permite sentir y dejar de sentir para disfrutar de ambas, en sus formas diferentes. Razona la cabeza, el cerebro, las neuronas, las dendritas, el axón. Se desmenuza la vida en esta codificación de ideas para reformular la vida y volver a salir, renovado y fortalecido. Surge de la nada y por la nada misma. Se vuelve mortal pero muta nuevamente al Ello. Existir.

     Nada es más cierto en mí que esta terca manía de volar  

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