El amor es muy amplio, se encuentra de
todas formas y colores, desparramado por doquier, impregnado en las cosas
materiales y en el aire. Por todas partes.
El amor puede ser uno solo y millones.
Podemos verlo con lupa y descubrir maravillas. Pensarlo en un todo y/o como un
sistema donde sus componentes están interrelacionados.
Desde una simple sonrisa, una mirada
cómplice, una canción, un gesto, un aroma…algo. Es ese amor al que me refiero, amor
en su totalidad, del sentimiento, de la energía positiva. Simplemente eso. El
sentir. Lo bueno que impulsa en la vida. El amor propio, el amor ajeno. Y hay
tanto de ese amor que sólo podré explayarme sobre él en un ínfimo sentimiento.
Una breve descripción de lo que, en estos minutos, aflore de mi inconsciente.
Y dentro de ese amor, hay mucha
diversidad. Mucha. Y cada cual lo distribuye a su manera, a su parecer, a su
sentir en su forma de transitar este viaje llamado vida. A veces suele pasar
que tenemos tanto amor alrededor y no nos damos cuenta porque aspiramos a
encontrar otro tipo de amor. Alguno que alguien dijo que se debe tener. Y hasta
por ahí lo tenemos y no nos damos cuenta. Porque un piensa que debe ser de otro
modo. Amor convencional. He dejado pasar frente a mí varios tipos de amores que
estaban ahí, en el momento justo que los estaba buscando. Y los dejé pasar, no
los vi. Me pregunto qué es lo que estaba buscando en realidad. También he
disfrutado plenamente el inconfundible sentimiento del amor y he experimentado
el dulce y fresco amor extraño, el amor que uno piensa que no existe.
El amor es todo. Más allá de su
diversidad.
A veces prevalece un tipo de amor y a
veces otro. Y hasta a veces creemos que no queremos ese amor y este se nos
cuela por las entrañas, maravillándonos aun más. Ese amor insólito que,
descarado, te acapara por completo.
Amor en todas sus formas. Yo hablo de un
solo amor, no hablo de amores varios. Pero lease como se sienta. Estas son
palabras de una que cree pensó que el amor era sólo aquel que muchos dicen
tener, de una que siempre estuvo en velo por amor, de una que con los años amó,
dejo amar y se dejó amar, de una que conquistó y no, de una guerrera del amor,
de una loca que anda por ahí repartiendo amor y no, de alguien que censuró el
amor, de alguien que vuelve a apostarle al amor. Del amor por la vida y sus
pequeñeces en ella. De la gotita de roció deslizándose por la verde hoja en el
jardín, del amor carnal, del amor visceral, del placer de ver una obra de Dalí,
de hacer una obra de Dalí, de querer sentir, de dejar sentir, de fluir y
acometerse a la vida, encomendarse a lo que nos hace bien. Amar cada cosa que hacemos y permitirse
hacerlo. Hacerlo.
Algunos tendrán más en claro el amor que
otros. Ese es otro amor. Mi amor es este, el que tengo, tuve y tendré. Es el
que estoy dejando sentir y es el que me sale hoy.
Espero que les llegue a todos un poco de
este loco y trastornado (aunque positivo) amor que hoy quiero y puedo desprender al universo
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