Amigos, ¡felicidad! ¡Vibremos juntos!
cuantos miedos acallé y cuantos miedos se me suman!
Los acallados están donde deben estar. Guardados en quien les da
valor. Los sumados están aquí junto a mí, e irán acompañándome un tiempo hasta
que logre disiparlos. Estos miedos de los que hablo son naturales, son pequeños
y necesarios. Están y enseñan. Son parte.
A veces debería
lanzarme más y acompañar mi intuición, que es muy buena. Pero la persistencia
de la idea, de la sensación y del sentimiento es más que todo. Se nota y en algún
momento sé que aquello que quiero se ha de realizar. No hay vuelta que darle,
cuando una idea verdadera surge en mí, la sostengo hasta que la llevo a cabo. Y
es "gracioso" lo que dije, porque...la sostengo, es decir, la tengo
para que no se vaya...la retengo. Otra vez, tengo que confiar más en mi
intuición, dejar de dejar pasar el tiempo, soltar, porque así, a lo
despreocupado, me saldrían bien también las cosas y me llevaría menos tiempo.
Tengo buena suerte en ello además de que mis capacidades que son aptas.
He abierto una puerta y
estoy parada en el umbral, contemplando como si estuviera a punto de entrar a
aquella imagen llena de colores en la que entró el cine por primera vez, cuando
un huracán arrasó con la vida de Dorothy para llenarla de experiencia y sabiduría;
o tal vez me sienta en los zapatos dorados de Alicia entrando al país de las
maravillas.
¡Alegría! que ya me he
subido a la nave de Odiseo para emprender un viaje de aventuras y desafíos
propios de mis necesidades y curiosidades, característico de mi personalidad. ¡Qué
placer!
¡Eureka! ¡Nenikékamen! :)
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